
Por lo pronto, hay que destacar que la Biblia de Otón Enrique es la primera traducción al alemán del Nuevo Testamento que contaba con ilustraciones específicamente creadas para ella (la primera traducción propiamente dicha fue la de la Biblia de Ausburgo, de 1350). El códice está compuesto por 307 hojas de pergamino de gran formato y en la actualidad está depositado en la Biblioteca Estatal de Baviera, con la signatura Cgm 8010. Los respectivos escudos de armas de los dos impulsores de la realización del libro figuran al principio y al final del mismo, lo cual le añade un punto de originalidad adicional.
Si bien el texto fue escrito en letra gótica por un único amanuense, el códice sólo fue iluminado en una quinta parte por hasta tres maestros distintos (identificados en el libro con las iniciales de Jerónimo, Mateo y Marcos); como se ha dicho ya, quien lo concluyó fue el artista Matthias Gerung (c.1500-1570), quien además creó las iniciales del manuscrito.
La comparación entre ambas partes del códice resulta abrumadora: mientras que las miniaturas de la primera parte adolecen de una rudeza pasmosa, las de Gerung son ricas, delicadas y encantadoras. Incluso en 1430, las ilustraciones de los anónimos autores son anacrónicas, planas, en un estilo gótico primitivo, inexpresivas e incluso rancias. Gerung, en cambio, imprime a sus escenas sentido del ritmo y de la psicología. Su fértil talento le lleva a crear hasta tres crucifixiones distintas, a cual mejor cada una de ellas, en lugar de ceder a la fácil tentación (común en otros casos) de repetir la misma miniatura. Quizás donde más sangrante resulte la confrontación sea en la figura de Jesucristo: mientras que en la versión del siglo XV parece un pasmarote sin gracia, en la del siglo XVI transmite espiritualidad y cautiva por su embriagadora sencillez.
Según Brigitte Gullath, el pintor Jerónimo acusa la influencia del estilo bohemio de ilustración de manuscritos, mientras que los otros dos autores siguen modelos vieneses e italianos: Mateo parece inspirarse en Giotto y Marcos, en Pietro Lorenzetti, principalmente. Estos tres maestros fueron los responsables de las primeras 29 miniaturas, así como de 46 iniciales. Por su parte, Gerung siguió los pasos de Durero, Lucas Cranach el Viejo y Hans Burgkmair en sus 99 miniaturas y 235 iniciales.
El manuscrito sufrió todo tipo de peripecias a lo largo de los siglos, siendo incluso robado como botín de guerra desde Heidelberg hasta Múnich y luego a Gotha, en donde en el siglo XIX fue dividido en ocho volúmenes. La Biblioteca Estatal de Baviera adquirió tres de estos volúmenes en 1950, y los cinco restantes en 2007.